Espero que algún día seas capaz de perdonarte. Algún día,
de mirarte al espejo y verte a ti.
No a los fantasmas.
Espero que algún día ese aire de heridas abiertas cicatrice. Y que puedas volver a caminar mirando hacia arriba, sin miedo a perder la vista del suelo, por la caída.
Que te vuelvan a pillar por sorpresa las sonrisas.
Y que esa muralla construida a base de trozos de recuerdos hechos añicos,
no sea para separarte del mundo,
si no para recordarte piedra a piedra,
que si has llegado hasta aquí,
es por algo.
Un brindis por los corazones rotos,
las heridas de guerra,
y las canciones que se graban bajo la piel.
A tu salud.
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