martes, 5 de junio de 2012

Hovik.



¿Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de correr, de romper con todo, de huir, de hacerse un ovillo con el solitario deseo de que el tiempo pase? En días me busco, en días me encuentro y en días me suicido. No me he movido, pero no estoy donde estaba. Quiero saber si soy verdad o si me engaño. A veces camino solo, a veces la soledad me acompaña. A veces me rio de mi, a veces la risa soy yo. A veces hablo pero no me escucho y a veces me escucho pero no puedo hablar. A veces me callo y mi conciencia me escupe venenos de a cincuenta céntimos la garrafa. Y todo, todo porque a veces quiero ser yo. Pero a veces me miro y entonces sufro. Sí, sufro. Y mi corazón, hecho papel y lapicero, escribe renglones desesperados. Mis ojos lloran arena. Mi alma huye perseguida por mí mismo. Mi sangre acaricia la esperanza y al tocarla se hace costra. Busco mis manos para protegerme pero son de humo. Un humo podrido, desdentado y yonki. Y todo porque a veces quiero ser yo. Pero a veces me niego, a veces no sé quien soy… pero esta noche sí. Esta noche soy el responsable del silencio y del murmullo.
Soy cada uno de los lugares donde he estado, soy los caminos que me quedan por recorrer. Soy los puentes que dinamito cuando me marcho, que si tengo que volver, ya volveré por otro lado. Soy un sueño en el que tengo una pesadilla por no poder soñar. Soy lo que me hace llorar, y cuando lloro soy yo, cada una de mis lágrimas.
Soy la resaca de una abstemia de besos. Soy la lluvia, y soy el charco. Soy la necesidad de que algún día el amor mueva el mundo. Soy los sentimientos que os he arrancado con esto.
Soy un puto tarado, y vosotros más por escucharme.'


Hovik,
my pleasure. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario