Y
arañar el teclado como si fuera a dejar caer alguna solución.
Suspirar
mientras los acordes de las canciones susurran por los altavoces, por
que te da miedo subir el volumen a ver si vas a despertar más
monstruos de los de debajo de la cama.
Salir
corriendo, bueno, no literalmente, a lavarte la cara y que se te
quite el tapón de los oidos.
Inspira,
espira, inspira, espira, inspira, espira. Esto parece una puta
letanía. Mantra. O me concentro o termino temblando.
Empieza
de nuevo.
Enfríate
la sangre. Vuelve a lavarte la cara. Coge aire como si no fueras a
soltarlo nunca.
Vuelve
a concentrarte.
Piensa,
en frío.
Metete
en la sudadera.
Analiza.
Igual
lo demás viene solo.
No,
no vendrá solo.
Me
toca hacerlo sola de nuevo.
Genial.
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